Tras
varios días de sedentarismo gracias a un resfriado que contraje a principios de
semana, ayer por la tarde por fin levanté el culo de la silla para salir a
correr, lo hice muy corto porque las tardes de invierno duran menos que la
honradez en el gobierno de turno; solo 5’5 km eso sí con un desnivel de más de
200m y shitting milks en la bajada
por motivos que después expondré. La salida dio bastante de sí, de lo contrario
no estaría ahora mismo presionando aleatoriamente las teclas de mi portátil.
Podría abordar
esta entrada desde diferentes perspectivas: La deportiva, la emocional, la
meteorológica o la geográfica; quienes practican deporte asiduamente conocen
bien que lo deportivo y emocional son dos vertientes del mismo concepto, pero
voy a dejar ese hilo conductor para otras entradas y me centraré en lo
acontecido en nuestra atmósfera eso sí, sin dejar de lado totalmente los otros
puntos de vista.
Son las
17:00 y mi objetivo es subir y bajar una montañita de 300 y pico metros muy
cercana a Castellón y que delimita la plana sobre la que se asienta la ciudad
hacia el noroeste.
El
viento sopla fuerte, con rachas cercanas a los 60km/h medidas en la ciudad y a los 100km/h en zonas montañosas. Es viento del oeste, conocido por
estos lares como “ponent” o “ponentà” posiblemente el menos querido de los
vientos en nuestro levante.
Este
viento precede a los frentes atlánticos que descargan gran parte de su
precipitación en la cornisa cantábrica, por allá se pueden pasar días incluso
semanas recibiendo lluvia de sucesivos frentes procedentes del océano. En
algunos casos estos frentes logran atravesar gran parte de la península a pesar
de las sucesivas cadenas montañosas que deben sobrepasar, y así ocurrió ayer
por la tarde: con distintas intensidades llovió en la mayor parte de la piel de
toro, solo nos libramos en la costa valenciana y el sureste.
Empiezo
el ascenso a la colina, corto pero cañero para hacerlo corriendo. Como desde
hace muchos días, observo en mi vertical un altocumulus
lenticularis, una nube muy típica que aparece con frecuencia en este tipo
de situaciones que propician su presencia a sotavento del sistema ibérico sur;
pudiera parecer una nube de lluvia debido a su base grisácea pero estas nubes
casi nunca dejan precipitación aquí y menos en una situación de poniente que
por necesidad debe ser cálida y seca como la mojama en nuestra costa debido al
efecto foehn. Por orografía este
efecto siempre nos viene de la mano de los vientos con componente oeste, y hace
que todos los inviernos en mayor o menor medida gocemos de algunos días con temperaturas
máximas de más de 20 grados en la playa como ayer, y mucha gente paseando con
abrigos porque es invierno y es lo que
toca, pero el tema de la sugestión mental lo dejo para otro relato.
Altocumulus lenticularis o loncha de mojama |
Así
pues en el día de ayer por poner un ejemplo representativo, a las 17:00, hora
en la que salí a correr, en Mosqueruela (Teruel), a 1515 msnm y a 55km en línea
recta de la costa había una temperatura de 2’1°C, mientras que en Castellón en
la costa a nivel del mar gozábamos de unos agradables 18’9 °C (Fuente: Aemet).
Nos suelen enseñar una regla práctica que dice que en la atmósfera estándar la
temperatura desciende 6’5°C cada 1000 metros sobre el nivel del mar (de ahí las
siglas msnm para quien no lo haya
pillado antes), dicho esto hagan cuentas…
¿Qué
pasa, no salen? No lances tu calculadora por la ventana aun y sigue leyendo. Esos 7°C y pico de más que no vienen a cuento están propiciados por
las leyes físicas que dicen básicamente que el aire que desciende a sotavento
de un sistema montañoso se calienta proporcionalmente a la presión (cuanta menos
altitud más presión), superándose la temperatura de rocío mucho antes que a
barlovento, de ahí el calor y la sequedad de este aire, y a esto se le llama foehn. Para más información léete el
link de antes que está para algo más que postureo.
A mitad ascenso puedo observar una masa de
nubes muy compacta hacia el límite entre Castellón y Teruel, en pleno sistema
ibérico, al principio no se ven cortinas de precipitación pues se perfilan
perfectamente en el horizonte macizos fronterizos entre las dos provincias, sin
embargo a los pocos minutos empiezan a aparecer algunas cortinas de
precipitación a unos 50km de mi posición viniendo desde el interior, se trata
del frente que ha logrado atravesar la península y pretende llegar al
Mediterráneo.
En el último tramo del ascenso el viento se
incrementa, no puedo tenerme en pie si me quedo quieto, observo con asombro
como la lluvia va ganando terreno ya por las zonas más interiores de nuestra
provincia. Sigo ascendiendo mientras que la lluvia avanza cuestión de algunos
kilómetros cada minuto que pasa. Cuando llego a la cima la lluvia ya se
encuentra a unos 25km de mi posición, tomo una foto y emprendo la bajada
escopetado, mi cuerpo me está proporcionando un buen chute de adrenalina.
La lluvia empieza a engullir la sierra de Espadán |
Durante la bajada observo como la lluvia
avanza muy rápido hacia la costa y doy ya por hecho que me voy a mojar. Mirando
hacia la ciudad observo un pequeño incendio en un descampado a las afueras, no parece
importante aunque las llamas deben medir como 10m de altura. El poniente históricamente
ha sido el causante de la rápida propagación de muchos de los grandes incendios
forestales que ha sufrido nuestra comunidad como el que arrasó el desierto de
las Palmas en el invierno del 85 o los más recientes de Cortes de Pallás y
Andilla en verano del 2012 que calcinaron casi 50.000 hectáreas. Provocar
fuegos cuando sopla poniente es el aeiou
de los pirómanos que antes de la crisis trabajaban para los especuladores
inmobiliarios mientras el gobierno de turno les daba banda ancha, el “argumento”
oficial siempre era el mismo: la construcción
crea empleo, pasen y vean… Pero esto también es materia para otra entrada o
argumento de telenovela.
Pequeño fuego a las afueras de Castellón |
Prosigo la bajada hacia el coche (mi
salvación) y empiezan a impactar en mí las primeras gotas arrastradas por un
viento huracanado las cuales me golpean como si fueran piedrecitas debido a su
velocidad. Me sorprende que una banda de precipitación asociada a un frente
haya cruzado toda la provincia de oeste a este en cuestión de poco más de 20
minutos. Es también sorprendente que al mismo tiempo que en Castellón gozábamos
de sol y más de 20°C al mediodía en zonas altas del ibérico a menos de 50km de
la costa estaba nevusqueando. Vivimos
en una tierra de grandes contrastes sin duda, acentuados especialmente en días
como estos que tanto caracterizan nuestro clima.
Cortina de lluvia persiguiéndome |
Finalmente llovizna durante menos de 10
minutos al mismo tiempo que las nubes sobre mi cabeza se van deshaciendo a la
misma velocidad a la que han viajado hasta aquí, todo esto gracias al foehn o ponentà que con su recalentamiento y humedad bajísima se encarga de
evaporar las gotitas de agua que conforman las nubes haciéndolas desaparecer
rápidamente justo antes de llegar a la costa, como si se tratase de un secador
gigante.
Las gotas no llegan a mojar ni la superficie
de la tierra a mi alrededor. Como a un km hacia el oeste las montañas tienen la
tonalidad cambiada a modo mojado por lluvia, o sea que me libro por los pelos;
resultado final: la fachada marítima sigue reseca y polvorienta arrastrando una
sequía importante de varios meses. Por más sandeces que se digan escudándose en
el cambio climático (otro tema que merece
discusión sin duda), las sequías forman parte fundamental de nuestro clima
mediterráneo, han estado presentes desde que los humanos habitan estos lares, y
el que no me crea que consulte las series históricas de Aemet o se vaya a hacer
algo mejor que leer esto.
Al final llego al coche cansado no tanto por
el esfuerzo físico ya que se trata de un recorrido fácil, sino por el subidón de adrenalina propiciado por
todo lo vivido.
Viviendo a
pelo estos fenómenos meteorológicos uno entiende de primera mano porqué nuestro
clima es fundamentalmente seco y templado tirando a cálido (qué suerte la
nuestra caray). Me guardo para otra ocasión hablar de otras frikadas by the way como la gota fría,
el régimen de brisas costeras o efemérides meteorológicas. Tras esta gran
parrafada te doy las gracias lector/a por haber llegado tan lejos y te
encomiendo a volver por aquí cuando lo desees.
¡Hasta pronto!
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